En los últimos 20 años, un número cada vez mayor de gobiernos locales han asumido un papel destacado en la promoción y protección de los derechos humanos. Desde que se acuñó el concepto de “ciudad de derechos humanos” a finales de los años noventa, muchos gobiernos locales empezaron a desarrollar sus propias agendas, partiendo de necesidades y aspiraciones muy específicas. Hoy en dia, existen ciudades de derechos humanos en todas las regiones del mundo, al mismo tiempo que las políticas puestas en marcha a nivel local son mucho más consolidadas y ambiciosas en sus objetivos y desarrollo.
Esta sección explora el papel de los gobiernos locales en la protección y promoción de los derechos humanos, así como los antecedentes y los logros del movimiento de las ciudades por los derechos humanos. También introduce conceptos clave relacionados con la agenda de Gobiernos Locales y Derechos Humanos. Haga clic aquí para saber más sobre nuestro trabajo sobre "Gobiernos locales y derechos humanos".
¿Por qué promover agendas locales de derechos humanos?
El movimiento global de los gobiernos locales por los derechos humanos (o de las ciudades por los derechos humanos) surgió a finales de la década de 1990 después de que diversos actores locales destacaran el papel de la ciudad como espacio clave para la promoción de los derechos humanos. Varios gobiernos locales no tardarían en reconocer sus responsabilidades y se comprometieron a velar por el cumplimiento de los derechos humanos en el día a día de la ciudadanía y como forma de transformar las políticas sociales.
Ante el auge de la era urbana, trasladar el marco de derechos humanos en el plano local cobra más y más sentido para garantizar que las nuevas oportunidades ofrecidas por las ciudades sean accesibles para todas y todos. Del mismo modo, se trata de asegurar que los nuevos retos en clave social que conlleva la combinación de urbanización y globalización sean abordados adecuadamente desde una perspectiva local.
El movimiento ha abordado desde sus comienzos retos relacionados con la urbanización - desde la protección de los derechos al hábitat y a la vivienda hasta la consecución de espacios públicos accesibles e inclusivos, pasando por la lucha contra las nuevas formas de discriminación o el desarrollo de una comprensión territorial de los derechos digitales.
Cabe destacar igualmente como los gobiernos locales que trabajan este enfoque se centran no sólo en localizar las normas internacionales de derechos humanos, pero también en renovar la agenda política de los derechos. Se presta atención pues en abarcar temas y retos emergentes, al tiempo que se idean nuevas formas prácticas de implementarlos. Este proceso se desarrolla en paralelo al del movimiento global en favor del derecho a la ciudad.
La cooperación entre actores locales ha sido siempre una de las características más reconocidas de este concepto - incluido el vínculo de gobiernos locales con la sociedad civil, los movimientos de base, el sector privado o el mundo académico. El liderazgo político en favor de los derechos humanos es otro factor determinante.
Como fenómeno internacional, el movimiento reune a cientos de autoridades locales de todas las regiones del mundo (así como a muchos otros actores, entre los que se cuentan instituciones nacionales de derechos humanos, pero también organizaciones internacionales, redes de ciudades y fundaciones) para promover colectivamente los derechos humanos desde perspectivas renovadas, solidarias y con un enfoque territorial.
Dos décadas de municipalismo de derechos humanos
La década de los noventa acogió el interés creciente de parte de la comunidad internacional y la sociedad civil por la conexión entre los derechos humanos y la urbanización. Desde el Movimiento Popular para la Educación en Derechos Humanos (1988) hasta la Conferencia de Derechos Humanos de Viena (1993), todo tipo de eventos e iniciativas internacionales darían pie a un debate mucho más consolidado sobre cómo los derechos humanos pueden protegerse de forma más efectiva cuando estos se enmarcan y aplican a nivel local.
Como nivel de gobierno más cercano a la ciudadanía y a las comunidades, los gobiernos locales pronto desarrollarían sus propias iniciativas en el ámbito, reconociendo sus propias responsabilidades en materia de protección y promoción de los derechos humanos, así como el potencial que aportaba el marco de los derechos humanos para abordar los nuevos retos a los que se enfrentaban en su acción diaria. Las ciudades pioneras en comprometerse con los derechos humanos en esa época se encuentran en Sudamérica (Rosario, 1997), Norteamérica (San Francisco, 1998) y Europa (Barcelona, 1998).
Un acontecimiento histórico en la formación del movimiento de las ciudades por los derechos humanos - es decir, la forma en que el trabajo en red internacional entre gobiernos locales contribuyó a consolidar y ampliar esta visión - fue el proceso de redacción de la Carta Europea de Salvaguarda de los Derechos Humanos en la Ciudad. Lanzada en 1998 tras la Conferencia de Barcelona “Ciudades por los Derechos Humanos”, la Carta se adoptaría dos años después en la Conferencia de Saint Denis.
La Carta reclamó “un mayor reconocimiento político (de los gobiernos locales) como actores clave en la salvaguarda de los derechos humanos” y reunió a más de 350 autoridades locales firmantes en todo el continente. En perspectiva, este proceso sentó las bases del movimiento de ciudades por los derechos humanos en Europa.
« El compromiso que adoptamos aquí se dirige a mujeres y hombres de nuestro tiempo. No pretende ser exhaustivo y su alcance dependerá de cómo los habitantes de la ciudad lo harán suyo. Se presenta como un marco de respuesta a las expectativas de los ciudadanos y ciudadanas que las ciudades escenifican y revelan. Esta Carta se situará para ellos, al igual que para quienes les gobiernan, en el nivel de subsidiariedad que es el de la ciudad, conjunto de puntos de apoyo para reivindicar sus derechos, reconocer violaciones eventuales y ponerles fin »
Carta Europea de Salvaguarda de los Derechos Humanos en la Ciudad (2001)
Gobiernos locales en otras regiones también pusieron en marcha sus propias iniciativas en el ámbito por aquel entonces. En Asia, organizaciones de la sociedad civil y líderes de gobiernos se reunirían en Gwangju para lanzar la Carta de Derechos Humanos de Asia (1998): un documento que sentó las bases del futuro trabajo en red regional.
En América Latina, algunos gobiernos locales se comprometieron con iniciativas promovidas por los movimientos sociales urbanos. En 2001, el Estatuto de la Ciudad de Brasil propuso formas de garantizar la función social de la ciudad, mientras que la Ciudad de México se convirtió en uno de los primeros gobiernos en desarrollar una carta local en favor del derecho a la ciudad - un proceso colaborativo que se extendió de 2007 a 2011 y que dio lugar a la adopción de la Carta de la Ciudad de México por el Derecho a la Ciudad.
Montreal lanzó una carta de derechos humanos en 2006, la Carta de Derechos y Responsabilidades de Montreal - representando un documento pionero para la región norteamericana junto a la Comisión de Derechos Humanos de Nueva York y a los esfuerzos de San Francisco para localizar la Convención CEDAW sobre derechos de las mujeres.
« La Carta de Montreal se fundamenta en los valores de la dignidad humana, la justicia, la paz, la igualdad, la transparencia y la democracia. Estos mismos valores son compartidos por la sociedad montrealsea y constituyen la base de los derechos fundamentales reconocidos por las Naciones Unidas. La Carta es a todos los efectos un contrato social que exige el compromiso concreto de Montreal con la mejora continua de los servicios públicos. Por encima de todo, es a través del esfuerzo compartido de la ciudadanía y de la ciudad de Montreal que será posible garantizar el respeto de los derechos incluidos en esta Carta »
Carta de Montreal de Derechos y Responsabilidades (2006)
A partir de 2010, el movimiento entraría en una nueva fase, marcada por el desarrollo de compromisos más consolidados tanto a nivel local como internacional.
Por un lado, más ciudades empezarían a desarrollar sus propios sistemas y políticas locales de derechos humanos: desde Gwangju, que promulgó su primera ordenanza de derechos humanos en 2009 (convirtiéndose así en la primera de Corea del Sur); hasta Bogotá, que puso en marcha su plan de desarrollo basado en el enfoque de derechos humanos, lo que sentaría las bases para un enfoque más específico sobre grupos prioritarios y acción transformadora contra la pobreza y la desigualdad.
En Europa, gobiernos locales de ciudades como Graz, Viena, Utrecht o Núremberg crearían o ampliarían sus propios departamentos, políticas u ordenanzas de derechos humanos para abordar un amplio conjunto de áreas temáticas: desde la inclusión social y la diversidad hasta la memoria histórica o el desarrollo sostenible.
« La Ciudad de Viena se compromete a actuar como guardián y defensora de los derechos humanos esforzándose por respetar, proteger, cumplir y rendir cuentas de los derechos humanos en todos sus ámbitos de competencia. Sobre la base de este enfoque, la Ciudad de Viena apoya activamente a su ciudadanía para que haga valer y defienda sus derechos humanos, proporcionando las condiciones marco adecuadas y utilizándolas como base para sus acciones. Este enfoque se basa en el principio de que todas las personas que viven en la ciudad tienen los mismos derechos, independientemente de su nacionalidad o situación de residencia »
Declaración de Viena como Ciudad de Derechos Humanos (2014)
En 2011, el Consejo Mundial de CGLU celebrado en Florencia adoptaría formalmente la Carta-Agenda Mundial de los Derechos Humanos en la Ciudad: el primer intento colectivo de proporcionar un marco global para el desarrollo de los derechos humanos a nivel local. La Carta combina una comprensión localizada de los principios internacionales de derechos humanos con propuestas específicas para aplicarlos desde lo local.
« La Carta-Agenda Mundial de Derechos Humanos en la Ciudad tiene por objetivo la promoción y consolidación de los derechos humanos de todas las personas que habitan todas las ciudades del mundo. Todas las disposiciones de la Carta-Agenda se aplican a todos los habitantes de la ciudad sin discriminación, de forma individual y colectiva. A efectos de esta Carta-Agenda, todos los habitantes son ciudadanos y ciudadanas, sin distinción alguna »
Carta-Agenda Mundial de Derechos Humanos en la Ciudad (2011)
El mismo año del Consejo de Florencia, la ciudad de Gwangju organizaría el primer Foro Mundial de Ciudades por los Derechos Humanos (WHRCF), que se convertiría en el principal punto de encuentro anual donde compartir desarrollos políticos y avanzar colectivamente la visión de ciudad de derechos humanos. En 2014, el WHRCF adoptaría los Principios Rectores de Gwangju para una Ciudad de Derechos Humanos en seguimiento más específico de los ricos resultados producidos por el Foro a lo largo de los años.
Participantes en el encuentro de expertos celebrado en el Foro WHRCF (2014). Permitiría desarollar los Principios Rectores de Gwangju sobre Ciudades de Derechos Humanos.
La consolidación del movimiento condujo a otro hito histórico, que fue la apertura del proceso de reconocimiento del papel de los gobiernos locales en la promoción y protección de los derechos humanos del sistema de derechos humanos de la ONU.
En 2015, el Comité Asesor del Consejo de Derechos Humanos presentó el primer informe dedicado a esta cuestión (A/HRC/30/49), que fue adoptado oficialmente por el Consejo de Derechos Humanos al año siguiente mediante su Resolución A/HRC/30/49. La combinación de ambos documentos puso en marcha un proceso estructural de diálogo y compromiso temático por parte del Consejo y otras agencias de la ONU, que condujo a una participación más activa de los gobiernos locales en la conversación global sobre derechos humanos.
En los años siguientes, el Consejo y la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos (OACNUDH) elaboraron nuevos documentos oficiales incluyendo progresivamente aportaciones de cada vez más gobiernos locales.
Participantes en el Encuentro de Gobiernos Locales por los Derechos Humanos celebrado en la sede de la OACNUDH en Ginebra (2019): un hito en el proceso de reconocimiento.
La segunda mitad de la década de 2010 vio también un aumento de las experiencias, aspiraciones y capacidad de liderazgo de los gobiernos locales que participan en un número cada vez más diverso de espacios de trabajo en red. Durante este periodo, más gobiernos locales en más regiones del mundo propusieron nuevas agendas sobre derechos humanos: Desde Indonesia hasta Senegal, pasando por Ecuador, Turquía y Sudáfrica. Las redes regionales en Europa, América Latina y Asia-Pacífico también han alcanzado resultados notables y han reunido niveles de interés sin precedentes.
La segunda mitad de la década no hizo más que consolidar este movimiento, rico ahora de nuevas experiencias, aspiraciones y capacidad de liderazgo. El movimiento consolidó los espacios de trabajo en red existentes, utilizándolos para abordar y reforzar colectivamente sus capacidades para hacer frente a retos emergentes de derechos humanos. A nivel local, ciudades de todo tipo se interesan cada año por desarrollar sus propios planes y políticas de derechos humanos, mientras que las que tienen una experiencia más consolidada en este campo están deseosas de prestar su apoyo desinteresado a sus esfuerzos.
Con dos décadas a su espalda, el movimiento de ciudades por los derechos humanos mira al futuro con aspiraciones renovadas. Imagina cómo ampliar su capacidad de impacto político y su coherencia como movimiento, y para dar un nuevo sentido al trabajo en red internacional, ya que los gobiernos locales se han convertido, sin duda, en una plataforma fundamental para la protección y promoción de los derechos humanos.
Noción resultante de la localización e interacción del derecho internacional de derechos humanos en contextos locales, ciudades y asentamientos humanos. Algunos documentos internacionales como la Carta Europea de los Derechos Humanos en la Ciudad o la Carta-Agenda Mundial de Derechos Humanos en la Ciudad ofrecen un marco para que los gobiernos locales conceptualicen e implementen localmente los derechos humanos.
Una visión global adoptada por los gobiernos locales en función de la propia historia, retos y prioridades de la ciudad o territorio que representan, con el objetivo de promover los derechos humanos mediante su acción cotidiana y convertirlos, mediante su inclusión en las agendas locales, en un factor de transformación social.
Los Principios Rectores de Gwangju reconocen la ciudad de los derechos humanos como una comunidad urbana que aplica el enfoque basado en los derechos humanos a la gobernanza urbana, un proceso abierto y participativo que involucra a todos los actores relevantes en el proceso de toma de decisiones y de implementación, un marco para cultivar una ciudad inclusiva y equitativa y una responsabilidad específica para aplicar un enfoque basado en los derechos humanos a la gobernanza municipal.
Concepto que reclama algunos derechos humanos emergentes vinculados a la ciudad y al entorno urbano, como la seguridad, un entorno saludable, el deporte y el ocio o una arquitectura de calidad. Estos derechos se aplicarían a los residentes urbanos e implicarían la mejora del entorno urbano, la rehabilitación del parque de viviendas o el fomento del desarrollo comunitario y la participación pública.
Un marco conceptual orientado a la acción basado en las normas de derechos humanos, y que los gobiernos deben adoptar a efectos de promover y proteger los derechos humanos. El EBDH analiza las problemáticas sociales atendiendo a sus causas fundamentales. Implica el reconocimiento de atributos clave del buen gobierno, entre los cuales los principios de transparencia, responsabilidad, rendición de cuentas, participación y capacidad de respuesta.