(* Este informe fue desarrollado gracias a nuestra colaboración con INFID / Fuente de las imágenes: INFID y KOMNAS HAM)
A lo largo de los últimos años, múltiples actores locales y nacionales de Indonesia han desempeñado un papel cada vez más destacado en discusiones globales sobre la agenda de las ciudades de derechos humanos. Liderando la consolidación del movimiento en la región Asia Pacífico junto a otros actores del Foro WHRCF de Gwangu, la contribución Indonesia jugó un rol igualmente importante a nivel global, permitiendo expandir el nivel de reconocimiento de los gobiernos locales en materia de protección y promoción de los derechos humanos.
¿De qué forma este nivel de iniciativa internacional está conectado con realidades locales en la propia Indonesia? ¿Qué ejemplos de políticas públicas innovadoras se pueden encontrar entre las más de 500 regencias (kabupaten) y ciudades (kota) del archipiélago? Este informe arroja luz sobre estas preguntas, basándose en la experiencia de los gobiernos locales y partners de la Comisión en Indonesia.
En Indonesia, la cooperación multi-actoral ha sido clave para promover un mayor compromiso local con los derechos humanos
Los orígenes del movimiento de las ciudades por los derechos humanos en Indonesia se remontan a hace casi una década, cuando varios gobiernos locales y defensores de derechos humanos de este país insular participaron en el Foro WHRCF de Gwangju. Por aquel entonces, estas personas pioneras identificaron el concepto de “ciudad de derechos humanos” como una oportunidad para promover los derechos humanos de forma territorial y con una visión a largo plazo. Su cálculo también consideraba la creciente consolidación de la democracia local en este país asiático tras la caída del régimen autoritario que gobernó Indonesia hasta finales del siglo pasado.
De hecho, el movimiento de las ciudades de derechos humanos de Indonesia comparte con el de Corea el haber ganado consolidación territorial casi en paralelo a los procesos de democratización acontecidos en estos países durante el mismo período. Se dio pues una convergencia positiva entre la nueva democracia local y formas de activismo con fuerte implantación territorial.
Buen ejemplo de cooperación eficaz entre actores sociales y de gobierno, esta agenda recibió desde su inicio el respaldo no sólo de la sociedad civil, sino también de actores nacionales que apoyaron la voluntad política de los líderes y lideresas locales. Desde la década de los 2000, el gobierno nacional de Indonesia ha venido impulsando una agenda fuerte en pro de la descentralización, vinculada también a cuestiones de derechos humanos. El papel de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (KOMNAS HAM) y del Plan Nacional de Acción sobre Derechos Humanos (RANHAM) ha sido clave en este sentido.
Desde la década de 2010, estos mecanismos permitieron estructurar estrategias y sensibilizar a un buen número de gobiernos locales para que desarrollen sus propias iniciativas en materia de derechos humanos y armonicen las leyes locales e internacionales.
La contribución de las organizaciones de la sociedad civil, como el Foro Internacional de ONG para el Desarrollo de Indonesia (INFID), también ha sido fundamental, tanto para promover el concepto de ciudad de derechos humanos en todo el país como para apoyar el desarrollo de políticas públicas a nivel de ciudades y regencias. En cuanto al primer aspecto, INFID ha organizado, anualmente y junto con otros actores como el KOMNAS HAM, un Festival Nacional de Derechos Humanos (Festival HAM) que ha hecho que el concepto de ciudad de derechos humanos se vuelva ampliamente popular tanto entre autoridades locales como defensores de los derechos humanos.
En cuanto al segundo, la participación de la sociedad civil en la definición de las estrategias locales de derechos humanos permite garantizar que estos procesos adopten metodologías participativas, sean reactivos a las necesidades de todos los residentes, los funcionarios locales estén bien capacitados y coordinen sus acciones con las iniciativas ya existentes sobre el terreno.
Prioridades temáticas clave y ejemplos de políticas locales
El desarrollo de políticas locales sobre derechos humanos de parte de gobiernos locales indonesios se caracteriza por la gran diversidad de prioridades temáticas abordadas. Un enfoque clave desarrollado con frecuencia es el de fomentar, a través de esta visión, la plena ciudadanía y la convivencia, previniendo las fuentes de la intolerancia y el extremismo mediante el refuerzo del diálogo social y las campañas públicas. Muchas otras ciudades desarrollaron un enfoque específico sobre los derechos sociales y económicos, dirigiéndose a los más desfavorecidos a través de iniciativas educativas o de economía social.
La visión de la ciudad de los derechos humanos ha permitido avanzar también en igualdad de trato, dado que muchos gobiernos locales desarrollaron en vinculación políticas de igualdad de género.
La ciudad de derechos humanos de Palu (391.383 hab.) se centró, por ejemplo, en apoyar el acceso al derecho a reparación de víctimas de violaciones de derechos humanos en el pasado (violencia política), y en abordar la memoria histórica local con vistas a fomentar la convivencia y la igualdad de derechos en el presente. Palu cuenta con su propia Declaración de Ciudad de los Derechos Humanos (2013) en la que se compromete a aplicar medidas en favor de la no discriminación y a proteger los derechos de las minorías.
Bojonegoro (1.301.635 hab.) ha seguido un camino similar en lo que respecta a la resolución de los conflictos sociales, mediante la recuperación de la memoria y la promoción de la no discriminación. El establecimiento de un reglamento distrital y el refuerzo del diálogo social ha sido clave. El caso de la provincia de Aceh (5.459.891 hab.) ofrece otro buen ejemplo de cómo los gobiernos locales y regionales de Indonesia han desempeñado un papel fundamental en el avance de iniciativas sobre verdad y reconciliación.
[ Sepa más : La Comisión participa en el Festival HAM 2019 celebrado en Jember ]
Otras ciudades y regencias han prestado una atención más específica a la cuestión de los derechos sociales y económicos. Jember (2.536.729 hab.) redobló el gasto social (concesión de nuevas becas, nuevo servicio de ambulancia, apoyo a la economía social) con el fin de ampliar el acceso de la población a la educación, la sanidad y el empleo. Este tipo de intervención política también se ha llevado a cabo en otras localidades, como Bogor (1.096.828 hab.), Serdang Bedagai (642.824) o Pakpak Bharat (48.119 hab.).
La Regencia de Wonosobo representa un ejemplo avanzado de institucionalización de las políticas
Un gobierno local pionero en adoptar esta visión en Indonesia es, sin duda, el de Wonosobo: Una regencia situada en Java Central que cuenta con una población de 790.491 habitantes distribuidos en quince distritos. Wonosobo representa un territorio diverso, que comprende tanto zonas urbanas como rurales así como varias minorías religiosas y étnicas, y que tiene un índice de pobreza ligeramente superior al de la media nacional.
Durante más de 7 años, los líderes y lideresas en el gobierno local han trabajado con la sociedad civil para desarrollar su propio modelo de ciudad de derechos humanos, basado precisamente en conjuntar la defensa de los derechos humanos con la promoción del propio carácter abierto, diverso e inclusivo del territorio. Como en otros territorios, la prevención de la intolerancia ha sido una prioridad clave para las autoridades locales de Wonosobo, pero también el refuerzo de las políticas de inclusión social.
El proceso de institucionalización de esta visión se ha caracterizado por el compromiso activo tanto de los líderes y lideresas locales como del funcionariado local, así como por la amplia participación de la sociedad civil y las personas defensoras de los derechos humanos. El establecimiento de una Ley Regional de Derechos Humanos y de un Grupo de Trabajo sobre Derechos Humanos dio el pistoletazo de salida al proceso en 2016. Al igual que las declaraciones locales sobre derechos humanos implementadas por otras ciudades en otras partes del mundo, estos dos mecanismos permitieron empezar a movilizar recursos públicos y definir una estrategia específica territorial.
Esta estrategia se centraría a su vez en varios temas claves, entre los cuales: mujeres, infancia, personas con discapacidad, personas mayores y relación con el medio ambiente.
Este proceso derivó en la creación de una Comisión Regional de Derechos Humanos (2018), el mismo año en que Wonosobo acogió el Festival HAM. Esta institución dio más importancia al debate sobre derechos humanos a nivel legislativo, al tiempo que facilitó el acceso a medios que permitieran realizar campañas, eventos de sensibilización y de desarrollo de capacidades a nivel de las localidades de Wonosobo. El Grupo de Trabajo mantendría su función de coordinación dentro de la administración pública local, sirviendo de enlace con la oficina de la persona regente y atendiendo directamente las demandas de los residentes.
Desde su creación, el Grupo de Trabajo ha estado compuesto por representantes de la administración local con un buen conocimiento de los derechos humanos así como del trabajo de las personas activistas.
Debido a la crisis de la COVID-19, la estrategia de Wonosobo ha tenido que adaptarse a las nuevas circunstancias y a los retos sin precedentes planteados por la pandemia. Una de las innovaciones que pronto se pondrán en marcha en Wonosobo en este sentido es la “Herramienta de denuncia sobre derechos humanos”, que ofrecerá a todas las personas residentes un canal directo para denunciar violaciones de los derechos humanos directamente a las autoridades locales.
Este canal aprovechará tanto las tecnologías digitales como espacios físicos habilitados a lo largo y ancho de toda la Regencia. En definitiva, la comunidad dispondrá de una nueva herramienta para monitorear la situación de los derechos humanos.
Contribuyendo a los debates del movimiento global
La contribución indonesia ha sido clave para consolidar el mismo movimiento a nivel mundial: Desde la participación en dinámicas de trabajo en red desarrolladas en el marco del WHRCF hasta procesos de reconocimiento emprendidos en el marco del Consejo de Derechos Humanos. Esta contribución ha quedado visibilizada mediante las intervenciones activas tanto de gobiernos locales como de actores nacionales como el KOMNAS HAM, varios ministerios y la Misión Permanente de Indonesia en Ginebra.
La participación de ONGs como INFID y de otras personas defensoras de los derechos humanos permitió aportar un panorama y colección de voces indonesias aún más amplio.
En perspectiva, esta contribución también ha permitido poner a la disposición del gran público una gran cantidad de recursos que pueden servir de apoyo al desarrollo de más y mejores ciudades de derechos humanos en todo el mundo: Desde nuevas herramientas de aprendizaje y desarrollo de capacidades hasta conexiones ya establecidas con activistas y emprendedores de los derechos humanos clave a nivel regional y mundial. En los próximos años, se espera que esta gran diversidad de voces indonesias siga realizando una aportación crucial, que permita definir los nuevos horizontes del movimiento.
Sepa más sobre el Movimiento de las Ciudades por los Derechos Humanos de Indonesia