La última Cumbre de Cultura de CGLU, celebrada en Esmirna (Turquía) del 9 al 11 de septiembre de 2021, reunió a gobiernos locales y socios clave del sector de la cultura y de la práctica de los derechos humanos para abordar la hoja de ruta futura de la agenda de derechos culturales dentro de CGLU y más allá. Estos esfuerzos tratarán de poner de relieve el papel de la "Cultura en definir el futuro de la Humanidad" y contribuir activamente al proceso del Pacto por el Futuro de CGLU.
El papel de la cultura en el desarrollo sostenible ha sido abordado por parte de CGLU desde hace tiempo, especialmente a través del trabajo de su Comisión de Cultura. Este proceso ha permitido a los gobiernos locales miembros y a los socios de CGLU (sociedad civil, organizaciones internacionales) hacer hincapié en el enfoque de los derechos humanos en la cultura.
La promoción de una agenda de derechos culturales ha permitido a los miembros reflexionar sobre prioridades a nivel territorial, como el reconocimiento, la celebración y el fomento de la diversidad, la identidad y la participación.
La Carta de Roma 2020 supuso una contribución clave a la agenda del movimiento municipal sobre desarrollo sostenible y derechos humanos. Fue elaborada por una coalición de gobiernos locales y socios dentro de la Comisión de Cultura como respuesta a la crisis, con la aspiración de situar la cultura en un lugar destacado de la agenda de recuperación. La Carta establece una hoja de ruta común por y para los gobiernos locales para abordar las políticas sobre derechos culturales:
- Descubriendo raíces culturales compartidas en el patrimonio, identidad y lugares
- Creando actividades culturales, parte de la vida local y factor de su enriquecimiento
- Compartiendo culturas y creatividad, para fortalecer la vida social y democrática
- Disfrutando de los recursos culturales, a efectos de inspirar, educar y renovar
- Protegiendo los recursos culturales para que todos puedan disfrutarlos ahora y en el futuro
La última Cumbre de Cultura de CGLU celebrada en Esmirna (Turquía) fue una buena ocasión para que los principales gobiernos locales y los socios internacionales que apoyaron la adopción de la Carta de Roma en 2020 se reunieran y propusieran una hoja de ruta común para el futuro. Se dedicó una sesión plenaria a explorar cómo la Carta de Roma podría ayudar a hacer operativo el derecho a participar en la vida cultural a nivel local.
La sesión contó con la participación de gobiernos locales y actores culturales comprometidos con el desarrollo de la Carta a través de la acción local y la cooperación.
Luca Trifone, asesor diplomático de la alcaldesa de Roma, representó a la ciudad que promovió el proceso de la Carta en 2020, argumentando que “la Carta de Roma fue un hito que consagró y amplió la declaración de la ONU sobre los derechos humanos”. El ex teniente de alcalde de Roma, Luca Bergamo, argumentó que uno de los principales objetivos de la Carta era apoyar a los gobiernos locales a poner en práctica políticas sobre derechos culturales como forma de “empoderamiento de los residentes de la ciudad a través de la cultura y siendo parte activa de la vida cultural local”.
« Barcelona lleva a cabo sus políticas culturales inspiradas en el enfoque de derechos. Por un lado, nos basamos en perspectivas interculturales y feministas para lograr las transformaciones que aspiramos conseguir. Por otro lado, nos esforzamos por descentralizar nuestras propias actividades culturales, siguiendo un enfoque metropolitano de la gobernanza »
Jordi Martí, Concejal de Cultura de Barcelona
« La importancia del enfoque basado en los derechos es fundamental. Las decisiones que tomemos ahora determinarán el futuro de la humanidad en el siglo XXI. Para impulsar la agenda de los derechos culturales necesitamos políticas y recursos, no sólo retórica. También necesitamos que los gobiernos rindan cuentas »
Karima Bennoune, Relatora Especial de la ONU sobre Derechos Culturales
« La Carta de Roma nació en el contexto de las respuestas de los gobiernos locales a la pandemia. Sin embargo, también se vinculó con los debates a largo plazo sobre la relación entre la cultura y el desarrollo sostenible, así como la articulación entre las realidades locales y la agenda global. Por lo tanto, desempeñará un papel fundamental en el futuro desarrollo de este debate y nuestro papel en él »
Vannesa Bohórquez, Concejala de Cultura de la Ciudad de México
Se espera que los resultados de este debate (sintetizados por la Declaración de Izmir) conecten con la agenda amplia de CGLU sobre desarrollo sostenible y derechos humanos. El proceso de seguimiento en curso de la Carta-Agenda Mundial de los Derechos Humanos en la Ciudad abrirá oportunidades específicas para conectar mejor estos debates sinérgicos y las agendas temáticas de los gobiernos locales y regionales de todo el mundo.
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