Situada en el norte de Marruecos, Nador (161.726 habitantes) ha sido durante mucho tiempo una ciudad marcada por la migración. Históricamente, la ciudad y su región han estado en el origen de importantes flujos migratorios hacia Europa. En los últimos años, este territorio también se ha convertido en un puente hacia Europa para migrantes de otros orígenes, principalmente por su proximidad al enclave de Melilla.
En los últimos años, con el avance de la descentralización y la democracia local en Marruecos, las autoridades locales de Nador han empezado a abordar el fenómeno de la migración para mejorar las condiciones de vida de los migrantes y su acceso a los derechos universales.
Para saber más sobre la acción de local de Nador en esta materia, la Comisión entrevistó a la Vicepresidenta de su Consejo Municipal, Amina El Oualid, en ocasión de la Conferencia de Ciudades y Migración en Malinas.
¿Podría hablarnos sobre la situación de los migrantes en Nador?
Las cifras oficiales no dan una perspectiva muy clara de la situación real. Los migrantes en Nador son conocidos por su movimiento: viven en áreas periféricas o en el bosque, o se van y vuelven de la ciudad vecina de Oujda. Su situación es realmente precaria.
En cuanto al trabajo de las asociaciones dando apoyo a los migrantes, tenemos asociaciones que trabajan para los "MER" - los marroquíes del exterior de vuelta – mientras que otras se dedican a promover un enfoque humano de la migración. Cabe decir, sin embargo, que su número en Nador es aún escaso.
En cualquier caso, el municipio acaba de firmar un acuerdo con una asociación local que procura facilitar el acceso de los migrantes al espacio público y para que estos puedan organizar eventos públicos. Así, ya hemos organizado una exposición culinaria, conferencias sobre los derechos humanos de los migrantes y eventos de concienciación sobre la riqueza de la diversidad cultural.
Este evento forma parte del proyecto "TA3AYOCHE" (vivir juntos): la culminación de un proceso de consulta y colaboración entre la asociación, la Municipalidad de Nador, el Ministerio delegado sobre migraciones, la Casa de los Marroquíes del Mundo en Nador y la Agencia Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ). Este esfuerzo conjunto refleja la voluntad de luchar contra los clichés y las ideas preconcebidos en la sociedad que van en contra de los migrantes.
Históricamente, Nador ha sido más bien una ciudad “exportadora” de migrantes. Ahora, esta tendencia ha sido precedida por el tránsito de migrantes de África. En consecuencia, nuestra ciudad conoce ahora tanto la emigración como el tránsito.
Con el cierre de la frontera de Melilla, la región ha pasado por un período difícil. Ante la afluencia de migrantes que intentan pasar el alambre de púas que separa los dos territorios, intentamos crear una oficina de recepción para guiar a los inmigrantes hacia programas de educación, servicios de salud o incluso la administración pública.
Cuando la situación es particularmente difícil, trabajamos con las autoridades administrativas locales para resolver la situación del mejor modo posible. Pero nuestro trabajo sobre este tema es nuevo y aún limitado.
¿El Estado os apoya en este proceso?
Una Estrategia Nacional de Inmigración y Asilo fue adoptada en 2013 y nos ayuda. Tratamos de trabajar localmente, pero la estrategia no es conocida por todos. Es por eso que nos esforzamos especialmente en el ámbito de la sensibilización y la concienciación. Cabe decir que esta estrategia ha sido implementada por todos los actores políticos en Marruecos.
Evocó la dificultad de trabajar en estos temas desde su nivel local; ¿A qué retos concretos hace frente?
En Nador la tasa de paro es muy elevada. El desarrollo económico se ve ralentizado por la complejidad y lentitud de los procedimientos administrativos relacionados con las inversiones. Tenemos una burocracia que no permite a los inversores establecerse fácilmente en la región. Van a otras regiones, y eso es lo que crea problemas de desempleo. Me gustaría ver más universidades en la región para mejorar el nivel educativo de los jóvenes y facilitar su acceso al mercado de trabajo.
Fuente: Tonkie & Google Maps
Emigrar no debería ser un problema, pues la migración interna podría ser una solución porque puede generar puestos de trabajo. Pero en nuestra región no tenemos escuela, ni trabajo, ni infraestructuras, ni inversiones, ni negocios... La situación en Nador es muy complicada. Además, somos una ciudad fronteriza con Melilla, a 70 km de la frontera argelina. Las personas que regresan a Melilla ven la diferencia entre Europa y África, los contrastes entre las dos ciudades son increíbles, lo que aumenta el sueño de los migrantes de intentar cruzar el Mediterráneo.
¿Por qué es importante para usted asistir a la Conferencia de Ciudades y Migraciones en Mechelen? ¿Qué le puede aportar a Nador y a ciudades de un perfil similar?
La migración es un fenómeno global. En la globalización, todo el mundo va a todas partes, la gente se encuentra. Si no hay fronteras en internet, tampoco debería haber en nuestras mentalidades. Cuando vamos a un foro como el de Mechelen, aprendemos de las experiencias de aquellas ciudades que han puesto en marcha políticas de gestión para hacer frente y acompañar la migración. Conocemos las experiencias de ciudades que viven en la misma situación, han trabajado antes que nosotros y han logrado integrar más o menos a los migrantes y dar a conocer la riqueza de la diversidad.
¿Tiene alguna recomendación para el Pacto Mundial sobre Migración que se está definiendo en la ONU?
Una demanda clave es el desarrollo socioeconómico de las regiones de origen. No podemos comportarnos con todas las ciudades de la misma manera, porque cada ciudad y cada país tiene su propia especificidad. Entonces, cuando hablamos de una ciudad como Nador, me gustaría que hablemos sobre el desarrollo económico de la región.
Para el Pacto, es necesario insistir en la necesidad de territorializar las estrategias nacionales de migración, aún demasiado centralizadas. La visión adoptada en la estrategia marroquí se divide en 11 programas de acción: educación y cultura; juventud y deporte; salud; vivienda; asistencia social; empleo; gestión del flujo y lucha contra la trata; cooperación y alianzas internacionales; marco regulatorio y convencional; y gobernanza y comunicación.
Debemos luchar contra el racismo. Creo que también deberíamos hablar sobre la capacitación profesional y el apoyo pedagógico para los inmigrantes. También debemos hablar sobre la participación de los migrantes en este proceso: en Nador, queremos integrarlos en nuestro pacto de acción local. Finalmente, me gustaría alentar la participación de las mujeres en la creación de riqueza y su emprendimiento en relación con este tema.