Philippe Rio es el alcalde de Grigny (28.424 habitantes) – una pequeña ciudad en el área metropolitana del Gran París fuertemente influenciada por las desigualdades sociales y económicas que ahí existen en comparación con los distritos más ricos de la capital francesa.
El compromiso de Philippe Rio para defender el “derecho a la ciudad” y justicia social y territorial por los habitantes de las ciudades de periferia le ha llevado a militar activamente en la asociación francesa “Ville & Banlieue” (Ciudad y periferia), que tiene como objetivo “fomentar el desarrollo de los barrios y territorios más vulnerables, así como mejorar la percepción generalizada que se tiene de las ciudades periféricas”.
En sintonía con este compromiso de base, Philippe Rio también se ha convertido en un defensor reconocido del derecho a la paz a nivel mundial, convirtiéndose en el presidente de la Asociación Francesa de Alcaldes por la Paz - AFCDRP.
Philippe Rio participó en la edición de 2018 del Foro WHRCF de Gwangju como delegado de nuestra Comisión, reuniendo una rica experiencia en políticas locales y promoción global del derecho a la paz. En esta ocasión, el Secretariado de nuestra Comisión pudo conversar con él sobre los vínculos que mantienen los derechos humanos y el derecho a la paz a nivel local, y por qué es tan importante que los gobiernos locales desempeñen un papel activo en favor de esta agenda a nivel internacional.
P1: Sus intervenciones en el Foro se centraron en abordar la relación entre el derecho a la paz, el derecho a la ciudad y los derechos humanos: ¿Por qué cree que es tan importante fortalecer el vínculo entre estas tres nociones a nivel local e internacional?
No puede haber una paz duradera sin respeto e implementación de los derechos humanos. Por lo tanto, existe un vínculo natural entre la paz y los derechos humanos. Además, vivimos en una era urbana; nos encontramos ante un momento histórico donde la humanidad ya vive en su mayoría en áreas urbanas. Por todas estas razones, no podemos tener ni paz ni derechos humanos sin un desarrollo urbano sostenible: vivir en ciudades sostenibles se convierte en una condición necesaria para lograr la paz y el respeto por los derechos humanos en la ciudad.
A pesar de la creciente militarización de los estados a nivel nacional y de la proliferación de conflictos bélicos alrededor del mundo, la sociedad civil y los gobiernos locales tienen una oportunidad clave para ejercer contrapoder. Frente a esta nueva carrera armamentística, podemos trabajar colectivamente para encontrar soluciones pacíficas para los conflictos de nuestro tiempo.
« Imágenes 1 y 2: Participación del Alcalde Philippe Rio en el Foro Mundial de las Ciudades por los Derechos Humanos de Gwangju, donde presentó la experiencia de su ciudad en la promoción del derecho a la paz »
P2: ¿Qué es en su opinión el urbanismo pacificado? ¿Cómo podemos pensar este concepto en clave de metropolización?
La planificación urbana puede ser excluyente. A la inversa, algunos hablan de urbanismo social. Con el urbanismo pacificado me refiero a la construcción de ciudades pacíficas, inclusivas y solidarias. Los enfoques generales al desarrollo urbano, al espacio público en nuestras ciudades y a la planificación urbana con respecto a la metropolización nos han llevado, hoy en día, a la persistencia de unas desigualdades que podemos sentir especialmente en nuestros territorios. Debemos asegurarnos de que la planificación urbana reconozca estos fenómenos y ayude a combatir las desigualdades. La paz y el respeto por los derechos humanos son, en este contexto, herramientas increíbles para construir ciudades y metrópolis inclusivas.
« Imágenes 3 y 4 : Árboles por la paz. En el letrero, un artículo de la Convención de los Derechos de la Infancia »
P3: A lo largo de sus intervenciones en el Foro se refirió a menudo a conceptos como la educación para la paz y la cultura de paz: ¿Cómo pueden las autoridades municipales trabajar estos conceptos a nivel local?
La noción de “Cultura de paz” fue definida por el Manifiesto de Sevilla a principios de los años noventa. Luego, la UNESCO aclaró sus ocho principios, entre los cuales se encuentran la democracia, la lucha contra las desigualdades, la igualdad de género, la seguridad, la promoción de la transparencia… (Ver aquí los principios completos de la Cultura de la Paz según la ONU).
Hoy en día, nosotros, gobiernos locales, podemos hacer dos cosas para convertir la cultura de paz en una realidad en nuestros territorios. El primer paso es desarrollar planes de acción locales dirigidos a promover la cultura de paz en nuestro territorio. Se trata de integrar sus principios en nuestras políticas públicas, en nuestra forma de relacionarnos con nuestros conciudadanos, en la relación de proximidad y las tareas cotidianas que desarrollamos como administración pública…
También se trata de llevar a cabo eventos de sensibilización. Esta forma de educación popular puede estar dirigida a la infancia y tener lugar en las escuelas, pero también puede orientarse hacia la sensibilización de las personas adultas y mayores. Lo más importante es difundir sus valores en toda la sociedad e integrarlos en nuestra escala local, en lo que hacemos todos los días.
Al mismo tiempo, los gobiernos locales pueden llevar a cabo acciones de incidencia política frente a la comunidad internacional, destinadas a defender el derecho a la paz como valor universal de los derechos humanos. De hecho, esto no existe todavía. Por lo tanto, debemos abogar para que las instituciones internacionales garanticen que el derecho a la paz sea reconocido como derecho de la humanidad.
« Imágenes 5 y 6 : Entrega del premio "Joven escritor.a y joven ilustrador.a" sobre el tema "Construir la paz en tu barrio". El jurado del premio recibió más de 250 candidaturas »
P4: Usted es el presidente de la Asociación Francesa de Municipios, Departamentos y Regiones por la Paz (AFCDRP) - Alcaldes por la Paz Francia. ¿Cuáles son las prioridades de su organización y qué tipo de iniciativas promueve?
Mayors for Peace es una organización internacional fundada y copresidida por los alcaldes de Hiroshima y Nagasaki, quienes tuvieron que lidiar con las consecuencias del bombardeo nuclear de 1945.
Hiroshima y Nagasaki nos recuerdan que, en caso de conflicto bélico, las autoridades locales son siempre las primeras en hacerse cargo de la reparación y de la normalización de la vida cotidiana. Por lo tanto, creemos que los alcaldes deben convertirse en líderes en la prevención de conflictos. Debemos unirnos para defender y lograr sociedades pacíficas.
En agosto de 2017 se celebró la novena conferencia general de Alcaldes por la Paz, que como organización mundial reúne a más de 7000 ciudades en 70 países. En su plan de acción 2017-2020, decidimos centrarnos en dos pilares: el primero se refiere a la continuación de las campañas en favor de la desmilitarización en todo el mundo.
Nos alegró ver cómo, en 2017, el Premio Nobel de la Paz fue otorgado a ICAN: un colectivo de 500 asociaciones, incluido Alcaldes por la Paz, que encabezó una campaña ciudadana en favor del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares aprobado por las ONU. Esta es una primera victoria importante para el movimiento.
El segundo pilar del plan de acción pretende territorializar la noción de “cultura de paz” y la necesidad de continuar construyendo ciudades seguras y resilientes. Con este fin, en los últimos meses, los miembros de Alcaldes por la Paz hemos desarrollado planes de acción a nivel local para localizar esta cultura entre la ciudadanía y para aumentar la conciencia pacifista.
« Imágenes 7 y 8 : Lanternas por la paz flotan sobre el canal de Grigny al mismo tiempo que la escritora siria, Maram Al-Masri, lee poemas sobre la paz »
P5: En sus intervenciones enfatiza la importancia de la cooperación municipalista, afirmando que la ciudad es en sí misma un lugar de resistencia: ¿Qué les dirías a los alcaldes y alcaldesas del mundo para que se unan para defender el derecho a la paz?
La ciudadanía en nuestras ciudades, pueblos y territorios está listos para movilizarse en favor de la paz. La gente quiere paz, pero los grandes líderes de este mundo no hablan de paz: ¡Hablan de guerra! En sintonía con la relación de proximidad que tenemos con nuestra ciudadanía, creo que como gobiernos locales debemos estar al frente de nuevas alianzas que reafirmen la voluntad de nuestra ciudadanía de vivir en un mundo pacífico. Hay una emergencia pacifista, y los gobiernos locales pueden estar a la cabeza de este movimiento ciudadano.
La gente quiere paz. Cada vez que creamos un evento o una iniciativa pacifista, para la infancia o para las madres y los padres, hay un cambio de perspectiva: que para mejorar la convivencia en nuestro territorio debemos construir un mundo de paz.
« Imágenes 9 y 10 : Intercamio de experiencias entre electos y militantes por el derecho a la paz »
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