En el marco del proyecto Migración entre Ciudades en el Mediterráneo (MC2CM), la Comisión de Inclusión Social, Democracia Participativa y Derechos Humanos coordinó la primera sesión de intercambio entre pares sobre políticas locales de cohesión social, que tuvo lugar en Lisboa los días 12 y 13 del pasado julio, con la presencia de representantes de 8 ciudades europeas y mediterráneas.
Cohesión social y Diálogo intercultural e inter-religioso, ejes clave de la integración de las personas migrantes a nivel local
La migración es un fenómeno global con repercusiones locales –las personas migrantes dejan un territorio por otro, una ciudad por otra. En este contexto, los gobiernos locales juegan un papel fundamental en relación a la inclusión de las personas migrantes y para asegurar la creación, el mantenimiento o el fortalecimiento de la cohesión social. También desempeñan un rol esencial en la prevención del racismo y xenofobia, así como en la facilitación de un diálogo intercultural e inter-religioso que permita un mejor conocimiento mutuo entre los habitantes de la ciudad y contribuya al fortalecimiento de la vida en común.
Es alrededor de esta temática que se desarrolló la primera reunión temática entre pares del proyecto Migración entre Ciudades en el Mediterráneo (MC2CM), titulada: “Cohesión social y diálogo intercultural e inter-religioso: el rol de los gobiernos locales”.
El encuentro, organizado los días 12 y 13 de julio de 2016 en Lisboa, y coordinado por la Comisión de Inclusión Social, Democracia Participativa y Derechos Humanos de CGLU, reunió tanto a las ciudades participantes (Amán, Lisboa, Lyon, Madrid, Tánger, Túnez, Turín y Viena) como al Fondo Catalán por la Cooperación y el Desarrollo (coordinador del grupo de trabajo de CGLU sobre Migraciones y Co-Desarrollo) durante dos días de reflexiones comunes, de intercambios de experiencias y de trabajo conjunto alrededor de los desafíos vinculados a esta cuestión a nivel local.
Una sesión para compartir las dificultades y construir alternativas para la inclusión local de las personas migrantes
Reunidos en la Casa de los Derechos Sociales de Lisboa, equipamiento municipal que se encuentra en el barrio periférico de Bella Vista y que está destinado al acompañamiento de proyectos del conjunto de los habitantes de la ciudad, una veintena de participantes pudieron poner en común sus dificultades e intercambiar prácticas concretas de inclusión social, gracias a una metodología participativa.
En la primera parte, los participantes mantuvieron un debate de fondo sobre el rol de los gobiernos locales en la construcción de políticas públicas locales y su implementación, así como sobre el enfoque basado en los derechos como vector para el desarrollo de estas políticas. Este diálogo se basó sobre todo en el documento de referencia elaborado por la CISDPDH. Las principales observaciones hechas vinieron a poner énfasis en las limitaciones financieras a las que las ciudades deben hacer frente, así como en la tendencia recentralizadora que en muchas ocasiones supone un obstáculo para la implementación de políticas inclusivas. Además, el empleo (ahora en dificultades en algunas ciudades de acogida) también fue mencionado como vector de inclusión. Todas estas limitaciones conducen a los gobiernos locales a replantearse su función de facilitadoras de cohesión social.
A continuación, los participantes fueron invitados a citar los mitos a los que hacen frente las políticas de inclusión de migrantes en sus territorios, y a de-construirlos. Como ejemplo, el caso de Viena, donde un estudio ha demostrado que la tasa de criminalidad es más elevada en los barrios con vecinos predominantemente nativos que en barrios de mayoría migrante. Por su parte, en Amán, a los migrantes sirios se les atribuye el “robo” de empleos a los jordanos, mientras que la realidad es que la población siria en Jordania muchas veces sólo ocupa los puestos de trabajo abandonados por los locales. Además, la migración, cuando va acompañada de derechos, en términos generales, tiene un efecto positivo sobre las tasas de empleo, en contra de las ideas preconcebidas, tal y como ha demostrado un estudio del US Urban Institute sobre 21 ciudades estadounidenses.
Este ejercicio sirvió como base para la creación de un diagrama de límites, poniendo de relieve las dificultades con que se encuentras las ciudades en el momento de implementar políticas de inclusión social y de diálogo intercultural e inter-religioso para asegurar la inclusión de las personas migrantes en el tejido local. En particular, las ciudades participantes destacaron las dificultades encontradas en términos de gestión de recursos humanos y financieros (falta de personal cualificado -mediadores, intérpretes- y dificultad para responder a necesidades no previstas o planificadas), de marco competencial (necesidad de más coordinación inter-institucional y de una mayor flexibilidad de los sistemas administrativos) y de descentralización (necesidad de competencias específicas sobre migración), que constituyen las principales obstáculos a sus acciones para asegurar una cohesión social eficaz en territorios sujetos a flujos migratorios.
Los intercambios continuaron más tarde en una visita de terreno y en la presentación de experiencias y estudios de caso (relacionados sobre todo con los espacios y las políticas de participación, el uso compartido de espacios públicos y la valorización y educación en la diversidad), lo que permitió poner de relieve las prácticas de las diferentes ciudades para superar los desafíos explicados más arriba y concebir conjuntamente estrategias de acción para situación concretas.
Mensajes comunes para la inclusión social y el diálogo intercultural e inter-religioso
Como conclusión, los participantes acordaron 11 recomendaciones comunes; a saber:
- El nivel local es el espacio adecuado para la generación de cohesión social:
- Las ciudades metropolitanas, en tanto que principal lugar de llegada de las personas migrantes, tienen un rol crucial a jugar en relación a la coordinación de las políticas de acogida.
- Las políticas de cohesión e inclusión sociales exigen enfoques integrados y transversales.
- La Unión Europea y los Estados deben reconocer y facilitar el rol de los gobiernos locales en la cohesión social y en la inclusión de las personas migrantes. Los gobiernos locales no pueden ser abandonados a la hora de afrontar la cuestión de la migración.
- Las políticas de cohesión social deben fundamentarse en un enfoque basado en los derechos humanos.
- Los valores de la “vida en común” son cruciales para asegurar la sostenibilidad de las ciudades.
- La diversidad y la interculturalidad son un potencial para las ciudades.
- El diálogo inter-religioso es uno de los vectores de la convivencia pacífica.
- Los gobiernos locales deben trabajar con y para los ciudadanos con el objetivo de promover la interculturalidad y el diálogo.
- Los gobiernos locales deben sensibilizar las poblaciones locales a través de acciones educativas, de la recogida de datos desagregados y de la provisión de estadísticas para luchar contra los prejuicios, especialmente trabajando con los medios de comunicación.
- Los recursos humanos de las administraciones locales deben incluir criterios de diversidad y estar formados en interculturalidad y mediación.
Las próximas etapas del proyecto
El encuentro de Lisboa fue la primera de una serie de 7 reuniones temáticas entre pares que tratarán las cuestiones de:
- Cohesión social y diálogo intercultural e inter-religioso (Lisboa, julio 2016)
- Empleo y emprendimientos (Madrid, noviembre 2016)
- El disfrute de los derechos humano y el acceso a servicios básicos (Tánger, noviembre 2016)
- Refugiados (Viena, febrero 2017)
- Coordinación inter-institucional (Turín, abril 2017 – por confirmar)
- Planificación territorial y vivienda (Amán, mayo 2017 – por confirmar)
- Educación e idioma (Beirut o Lyon, octubre de 2017 – por confirmar)
El proyecto MC2CM, financiado por la Unión Europea y la Agencia Suiza por el Desarrollo y la Cooperación, está liderado por CGLU y el ICMPD (Centro Internacional por el Desarrollo de Políticas Migratorias) y cuenta con ONU-Hábitat como colaborador y con UNCHR como entidad asociada.
El objetivo global del proyecto es contribuir a la mejora de la gobernanza de las migraciones a nivel local en una red de ciudades de Europa y del sur del Mediterráneo, con un acento particular sobre la integración y la inclusión, así como el acceso de las personas migrantes a los derechos humanos y los servicios básicos. También está orientado a reforzar las capacidades de las ciudades en este ámbito.
Para más información sobre el proyecto, puede consultar la página web de CGLU, o bien contactar con [email protected].