Del 23 al 25 de noviembre pasado, Antonio Aniesa, colaborador de Patrick Braouezec, Presidente del territorio de Plaine Commune, en el norte de París, representó la Comisión Inclusión Social, Democracia Participativa y Derechos Humanos en el seminario del “Foro de Autoridades Locales de Periferia (FALP) por unas metrópolis solidarias” de São Leopoldo, ciudad integrante del área metropolitana de Porto Alegre. A lo largo del Foro, autoridades locales de Brasil, Francia, Senegal, Palestina, Argentina, Chile y Mozambique discutieron sobre “Alternativas sostenibles y solidarias para un mundo en crisis”.
Una declaración final fue adoptada durante el evento. Nuestros colegas del FALP, además, realizarán un acta completa de sus numerosas e interesantes discusiones. Antonio Aniesa, de Plaine Commune comparte en este artículo una valoración de las principales ideas discutidas durante el foro, especialmente relacionadas con la cuestión del Derecho a la Ciudad.
Las autoridades locales y los habitantes de las periferias populares reivindican visibilidad
Al ubicar en el corazón de las prioridades y agenda locales la vida de los habitantes, su buen vivir y su florecimiento individual y colectivo, priorizando su capacidad de debatir y de decidir sobre los asuntos urbanos, el compromiso con el Derecho a la Ciudad contribuye a articular alternativas a las profundas desigualdades y el “mal vivir” generado en un mundo mayoritariamente urbano. Combate sus causas así como los procesos de fragmentación social y espacial en los que derivan en las áreas metropolitanas. Así, reivindicando visibilidad, sus aspiraciones, sus puntos de vista y su experiencia, las autoridades locales de las periferias populares defienden un movimiento de áreas metropolitanas solidarias en el marco del movimiento por el Derecho a la Ciudad.
Declaración de Porto Alegre y Sao Leopoldo
Hace ya varios años, durante el FALP de Nanterre de 2006, el alcalde de São Leopoldo, Ary Vanazzi (reelegido en 2016 y huésped del Foro de este año) reivindicó como en su ciudad “los habitantes llegaron antes que la propia ciudad”. En el Foro de este año, por otro lado, el Teniente de Alcalde de Pikine (Área metropolitana de Dakar) ha explicado que, aunque su ciudad tenga probablemente más población que el centro de la metrópolis, esta tiene un presupuesto cinco veces inferior en comparación. El Estado senegalés, además, no la escogió como ubicación del nuevo teatro nacional, que será construido en Dakar. El espacio municipal es visto pues, como espacio de movilización democrática para exigir áreas metropolitanas donde todos los territorios que las componen cuenten.
Lugares de vida interconectados por retos comunes: la elección del policentrismo
¿Cómo trabajar por el Derecho a la Ciudad en el contexto de áreas metropolitanas con varios millones de habitantes? Se trata de actuar para lograr áreas metropolitanas solidarias, uniendo a esta exigencia la voluntad de lograr un desarrollo policéntrico, multicentral. El territorio de un área metropolitana no es único: se compone de una gran diversidad de espacios de vida. En efecto, algunos de estos territorios se entrelazan y se encuentran conectados por desafíos que les son comunes. Sin embargo, estos lugares también tienen diferentes experiencias y percepción urbana de lo común. La vida en algunos de estos lugares puede no haber sido fruto de la elección, sino más bien de la necesidad. Negar la diversidad de la metrópoli supone pues privilegiar la idea de una única centralidad, corriendo el riesgo de que esta imponga su propia lógica y convierta el resto en algo "segundario" o "invisible".
Por lo contrario, la policentralidad es una concepción abierta a los retos comunes que permite que cada territorio, desde su propia realidad, sea actor de un área metropolitana solidaria. Permite pensar en las necesidades y responsabilidades de cada una de sus partes para hacer de cada territorio una "centralidad", un espacio de vida, de realización individual y colectiva, de movilización democrática. Esto garantiza que todos los territorios sean visibles a partir de sus necesidades, pero también de su riqueza. En suma, el mismo movimiento permite a todos contribuir a la "policentralidad del Derecho a la Ciudad" y de áreas metropolitanas solidarias que combata sin cuartel la fragmentación social, espacial y democrática.