Del 16 al 18 de mayo, la ciudad de Gwangju acogió una nueva edición del Foro Mundial de Ciudades de Derechos Humanos (WHRCF, por sus siglas en inglés) bajo el lema “Paz y Solidaridad: Ciudades de Derechos Humanos actuando por la prevención de conflictos y la construcción de paz”. El foro reafirmó el rol de los gobiernos locales y regionales (GLR) en la promoción de los derechos humanos, la defensa de los valores democráticos y el fomento de la cohesión social mediante la memoria, la participación y la solidaridad.
Un foro arraigado en el activismo ciudadano y la resiliencia democrática
El foro de este año destacó no solo por su rico contenido, sino también por su simbolismo temporal: tuvo lugar en Gwangju durante la semana del 18 de mayo, día oficial de conmemoración del Levantamiento de Gwangju en Corea. La Secretaría del WHRCF invitó a los participantes a unirse a la comunidad local en actos públicos de recuerdo que se llevaron a cabo en el Cementerio Nacional del 18 de Mayo, convirtiendo la memoria en una experiencia compartida y viva.
El foro puso un fuerte énfasis en el legado de los levantamientos ciudadanos y el activismo cívico como fundamentos de la democracia y el acceso a la justicia. La experiencia de Gwangju, cuyo levantamiento en 1980 contra la ley marcial marcó un punto de inflexión en la democratización de Corea, fue un enfoque central—presentado como símbolo de resiliencia democrática y valentía ciudadana.
Conozca más sobre el Levantamiento Democrático del 18 de Mayo en Gwangju (en inglés)
La memoria de estos acontecimientos permanece viva en los espacios públicos y programas educativos de la ciudad, reforzando la identidad de Gwangju como ciudad de derechos humanos. También hubo reflexiones sobre el legado de Jeju, especialmente en relación con su levantamiento de 1948 y el largo camino hacia la justicia y el reconocimiento.
Durante el foro, los participantes exploraron las profundas conexiones entre democracia, derechos humanos y confianza pública, destacando cómo la memoria histórica alimenta los movimientos democráticos actuales e inspira los esfuerzos locales por proteger los derechos y construir sociedades justas e inclusivas.
Ciudades contra la violencia: intercambio de experiencias de levantamientos locales
Junto con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), y el Instituto Raoul Wallenberg de Derechos Humanos y Derecho Humanitario (RWI), nuestra Comisión coorganizó la sesión “Ciudades contra la violencia”. Moderada por Benedetta Cosco, Responsable de Políticas de CGLU, la sesión reunió experiencias locales que abordan la violencia desde una perspectiva basada en derechos, arraigada en la memoria, la prevención y los valores democráticos.
Aspectos destacados de la sesión incluyeron:
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Jenin (Palestina): Maysoun Dawood, Jefa del Observatorio sobre la Violencia contra las Mujeres en Jenin, destacó cómo la iniciativa apoya a las mujeres en medio de la violencia persistente en el territorio, aplicando una fuerte perspectiva de género y de construcción de paz. Cyril Benoit, Responsable de Proyectos de Cooperación Descentralizada en el Consejo Departamental de Seine-Saint-Denis, enfatizó el papel vital de la solidaridad internacional en el apoyo a las ciudades contra la violencia.
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Ciudad de Yangon (Myanmar): Aung Myo Min, Ministro de Derechos Humanos del Gobierno de Unidad Nacional de Myanmar, subrayó la importancia del activismo juvenil y LGBTQI+ en la resistencia al autoritarismo y en la preservación de las aspiraciones democráticas. Se presentaron formas creativas de protesta—como las icónicas manifestaciones con paraguas—como expresiones tanto de memoria como de resiliencia.
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Provincia de Jeju (Corea): Yang Seongju, Vicepresidente de la Asociación de Familias de Víctimas del 4-3 de Jeju, reflexionó sobre el Levantamiento del 3 de abril en Jeju, su largo camino hacia el reconocimiento y la reparación, y su profundo impacto en el acceso a la justicia y la memoria a nivel local.
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Ciudad de Graz (Austria): Klaus Starl, Director del Centro UNESCO para la Promoción de los Derechos Humanos a Nivel Local y Regional y doctor por la Universidad de Graz, presentó el enfoque preventivo de Graz frente a la violencia a través de la mediación, institucionalizando los derechos humanos mediante declaraciones locales y marcos que orientan las políticas públicas.
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Ciudad de Baguio (Filipinas): Benjamin Macadangdang, Punto Focal de Derechos Humanos de la Ciudad de Baguio, destacó los esfuerzos para garantizar la reparación y la justicia para las víctimas, enmarcados en una perspectiva de derechos humanos.
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Ciudad de Winnipeg (Canadá): Sherri Rollins, Concejala y Presidenta del Comité de Derechos Humanos del Consejo de la Ciudad de Winnipeg, explicó que, como sede del Museo Canadiense de los Derechos Humanos, Winnipeg pone un fuerte enfoque en los derechos de los Pueblos Indígenas y los migrantes, abordando cuestiones clave como la vivienda, la alimentación, la salud y la violencia desproporcionada contra estos grupos. La ciudad promueve la reconciliación mediante el diálogo, la participación y un enfoque descolonial de los derechos humanos, destacando la importancia de los espacios públicos para recuperar el poder.
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UNESCO: Dorian Rommens, Especialista de Programas en UNESCO, enfatizó el rol central de la educación y la cultura en la promoción de la paz y la inclusión a nivel local a través de las redes de ciudades. También llamó la atención sobre el creciente impacto del cambio climático en la cohesión social y los conflictos, y la necesidad de incluir estas preocupaciones en las agendas de las ciudades de derechos humanos.
La democracia local como base para la paz
Los debates en Gwangju confirmaron que los gobiernos locales y regionales no solo son implementadores de derechos, sino también defensores activos e innovadores de la gobernanza democrática, incluso frente a los desafíos globales actuales. Nuestra Comisión sigue comprometido con apoyar a los GLR en su búsqueda de la paz, la justicia y los derechos humanos, reconociendo el poder transformador de la memoria, la educación y la gobernanza inclusiva.
A medida que seguimos construyendo un nuevo contrato social basado en la paz y la construcción de paz, los GLR tienen un papel crucial que desempeñar—conectando los valores globales con las realidades locales y asegurando que nadie se quede atrás.