VA SYD es una compañía pública conjunta de la región de Skåne que presta servicios de suministro de agua y de tratamiento de aguas residuales, entre otros, para Malmö, Lund y otras ciudades pequeñas. Lanzada en 1994 y finalmente estructurada en 2008, cuenta la historia de una amenaza de privatización que nunca se hizo realidad, dando paso a una experiencia virtuosa que renovó el Departamento del Agua de Malmö de manera creativa.
Hoy en día, las estructuras de gobierno de VA SYD fomentan la coexistencia de objetivos comunes claros y garantizan la autonomía de sus diferentes ciudades socias. Conviven economías de ciudades separadas y se garantiza una configuración variable de los diferentes servicios que cada ciudad socia confía (o no) a VA SYD. En términos de la organización interna de VA SYD, todos los sectores preexistentes cedieron parte del poder a la estructura global (fusionada), con lo que se evitó la creación o la supervivencia de pequeños “reinos” separados de la estrategia global.
Para equilibrar estas pérdidas, se alcanzó la cohesión interna a través de un proceso de “horizontalización” que buscaba dar fluidez a la cooperación entre diferentes departamentos y unidades y valorar a los trabajadores, lo que ha contribuido a aumentar el compromiso individual por alcanzar los objetivos de VA SYD. Estos objetivos se persiguieron a través de la provisión de un clima de trabajo cada vez más positivo así como una serie de espacios nuevos para el diálogo abierto que no se limitaban a los empleados sino que también creaban nuevas relaciones con los clientes. Entre ellos, los más visibles son el Grupo de Discusión sobre Necesidades Especiales (creado para adaptar la página web del servicio a las exigencias de VA SYD de los ciudadanos discapacitados) y el Grupo de Referencia sobre Facturación, que se ha reunido tres veces hasta la fecha para discutir posibles aumentos de las tarifas de los consumidores.
Aunque son muy valoradas por los consumidores, algunas de las instituciones innovadores no produjeron resultados importantes, puesto que los experimentos tuvieron lugar en un marco sociopolítico en el que el asunto del agua no está en el centro del conflicto ni es objeto de tensos debates sociales y en el que el coste del agua es bajo para los usuarios en un país con abundante agua (y con un sistema de bienestar social bien organizado). Desde este punto de vista, las herramientas adoptadas internacionalmente para apoyar una política de diálogo social horizontal se ha demostrado que son mucho más efectivas.
Sin embargo, juntando los diferentes experimentos llevados a cabo en VA SYD, es posible establecer un marco general de políticas que pueden ser muy importantes para otros contextos. Cualquier adaptación de estas medidas y políticas innovadoras debería probablemente reforzar los aspectos de formalización e institucionalización, lo que no ha sido necesario hasta la fecha en Malmö y Lund.
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Para más información: Inclusive Cities Observatory